Conoce algunas red fags que no debes ignorar en una amistad

Posiblemente, muchas de nosotras a estas alturas seamos buenas detectando señales de alarma en las relaciones amorosas. Es decir, esos comportamientos que nos hacen sentir que algo no va bien con esa persona. Pero la gente no suele aplicar la misma mentalidad de alerta con sus amigos.

Nuestros amigos son igual de importantes para nuestro bienestar, tanto físico como emocional. Las amistades buenas y sanas se asocian con mejores habilidades emocionales, menos estrés y menos picos de tensión arterial.

Las red flags en las amistades pueden aparecer de diferentes formas y ser más difíciles de detectar que en las relaciones amorosas. Conoce aquí cuales son las principales red flags que te indican que alguien puede no ser un amigo de verdad:

1. La amistad parece unilateral. Todos tenemos semanas ajetreadas en las que estamos sobrecargadas de trabajo o nos ocupamos de asuntos personales que nos distraen de vez en cuando. Si siempre eres la que hace el trabajo emocional pesado, esa podría ser una señal de que tu amigo no valora la relación tanto como tú.
    
2. Sólo hablan de sí mismos. Siempre hay amigos que no paran de hablar de su día, de sus problemas, de su trabajo, pero nunca pregunta por lo que tú estás pasando. Y cuando por fin el foco de la atención se centra en ti, te termina interrumpiendo con “eso me recuerda a cuando yo…”.  Un verdadero amigo debe querer escuchar todos tus éxitos y luchas.
    
3. Te sientes obligada a mantener la amistad. Es agotador forzarse a mantener una relación que simplemente no funciona, y es común que las personas permanecen en viejas amistades que han superado debido a un sentido subyacente de obligación. Si te sientes más obligada a ser amiga que a querer tener una relación genuina, está bien si piensas reevaluar a esa persona en tu vida. Recuerda que pasar tiempo con tus amigos debería dejarte una sensación de frescura y satisfacción, no de vacío o agotamiento.
    
4. No son capaces de disculparse. Hasta en las amistades más sanas hay peleas. Puede ser una discusión tonta o puede que la falta sea algo más serio. En cualquier caso, es importante que ambos sepan comunicarse eficazmente y reconozcan cuando se están equivocando. Una disculpa genuina no debería ser un debate; es una conversación que implica poner los sentimientos de otra persona en primer lugar, en lugar de centrarse en los propios.