Qué es el gaslighting y cómo identificar si alguien te está manipulando emocionalmente
Cada vez se habla más del gaslighting, una forma de manipulación psicológica que puede pasar desapercibida en relaciones personales o laborales.

Cada vez se habla más del gaslighting, una forma de manipulación psicológica que puede pasar desapercibida en relaciones personales o laborales.
En los últimos años, el término gaslighting se ha vuelto parte de las conversaciones sobre salud emocional. Aunque suene técnico, describe una situación muy común: cuando alguien manipula a otra persona para que dude de su propia percepción, memoria o juicio.
Puede ocurrir en relaciones de pareja, amistades, entornos laborales e incluso familiares, y suele pasar de forma tan sutil que quien lo sufre no se da cuenta de inmediato o incluso que las acciones que se realicen no son vistas de una mala manera o acción dada por la manipulación.
El gaslighting busca desestabilizar emocionalmente a la víctima, haciéndola sentir confundida, culpable o exagerada. Frases como “estás loca, eso nunca pasó”, “solo era una broma, no te tomes todo tan en serio” o “te estás imaginando cosas” son ejemplos claros de esta forma de manipulación.
La palabra viene de la película Gaslight, en la que un hombre manipula a su esposa bajando la intensidad de las luces de gas en casa y luego negando que lo haya hecho. Poco a poco, ella empieza a creer que está perdiendo la razón.
Ese argumento se convirtió en metáfora de una estrategia muy real: convencer a alguien de que no puede confiar en lo que ve, siente o recuerda. Es en este sentido que se ha convertido en una acción peligrosa de manipulación en parejas o incluso en amigos.
Los especialistas en psicología señalan varios patrones comunes:
- Negación de hechos evidentes. El manipulador insiste en que algo no ocurrió, aunque haya pruebas.
- Distorsión de la realidad. Cambia versiones de los hechos para confundir.
- Minimización de los sentimientos. Desacredita las emociones del otro: “estás exagerando”.
- Aislamiento. Intenta que la persona dude de su entorno o deje de confiar en otros.
El gaslighting suele avanzar gradualmente. Al inicio se disfraza de humor o “preocupación”, pero con el tiempo afecta la autoestima y la estabilidad emocional complicando el estado mental de la persona quien lo sufre.
Qué hacer si crees que lo estás viviendo
- Confía en tu percepción. Si algo te hace sentir incómoda o confundida, presta atención a esa intuición.
- Registra los hechos. Anota conversaciones o mensajes para contrastar la realidad cuando intenten negarla.
- Busca apoyo externo. Hablar con un terapeuta, familiar o amigo de confianza ayuda a recuperar perspectiva.
- Establece límites claros. No justificar la manipulación es el primer paso para detenerla.