Millennials son considerados la ‘generación muda; les da ansiedad hablar por teléfono

Los millennials son aquellas personas nacidas entre los años 1981 y 1996 y aquellos que no han tenido problemas a la hora de convivir con la digitalización y la tecnología, sin embargo, ponerse tras las pantallas de los móviles o computadoras, ha hecho que millones de personas no pueda desenvolverse de la misma manera en persona.

Este fenómeno se llama teléfonofobia, la cual se caracteriza por sufrir de una ansiedad mental a la hora de interactuar con nuestros pares y para comprobar esta premisa, el estudio “Generation mute, millennials pone call statistics” ha puesto a prueba a 1200 millennials estadounidenses para comprobar si son de mensajes o de llamadas.

Según el informe, de los 1200 encuestados, el 81% siente ansiedad al llamar por teléfono, por lo que tiene que prepararse previamente para agarrar valor y poder entablar comunicación con otra persona.

Esto se debe a que tanto los millennials como la generación Z, están acostumbrados a los mails, chats o incluso foros de internet para poder compartir sus ideas, algo que anteriormente se realizaba de forma presencial, y esto ha empeorado, a raíz de la pandemia.

“Los millennials y la generación Z han integrado la comunicación mediante plataformas asíncronas, en las que no es necesario que coincidan en el tiempo los dos interlocutores, y les resulta más fácil, cómodo y menos intrusivo”, reconoce Enric Soler, profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Asimismo, se ha podido identificar cuáles son las excusas más comunes utilizados por lo millennials para no responder llamadas, siendo “no escuché el teléfono” la más usada con un 63% de incidencia, mientras que “no tenía cobertura” llega al 12%, “estaba en reunión” con un 9%, “estaba manejando” en un 6% y “no sabía dónde estaba mi celular” en un 5%.

El investigador también señaló que los millennials tienen poca seguridad en sus habilidades comunicativas, por lo que al no coger el teléfono, no podrán a prueba este déficit de habilidades.

“En una llamada no pueden borrar las palabras pronunciadas en vivo dentro de una conversación. Esto les genera menos seguridad y confianza que, por ejemplo, emplear una nota de voz, formato que les permite repetir su alocución tantas veces como sea necesario antes de enviarla”, menciona Ferran Lalueza, profesor e investigador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.

Finalmente, la pandemia ha empeorado la ansiedad que una llamada les provoca, puesto que las herramientas digitales ahora permiten no solo el uso de filtros, sino que son capaces de verse a sí mismos con sus defectos y posicionarse de tal forma de no dejarlos tan expuestos.